Ñanduti (Discurso de la promoción de Políticas Públicas)

La revisión del discurso.

Introducción

Un saludo a las autoridades de la Universidad Comunera los cuales han creado este espacio tan valioso para el Paraguay, a los docentes que nos acompañan que con sus enseñanzas han permitido que estemos reunidos, a Sole que es la inspiración de todos los presentes, y a cada persona que con su valioso tiempo y cariño me han permitido lograr este objetivo.

Cada uno de los elementos de este discurso ha sido inspirado en mis compañeros, espero que mis palabras le hagan justicia a sus intervenciones, las cuales me enseñaron y confrontaron. Me siento profundamente honrado y conmovido de poder acompañarles y cerrar este evento. Graduarse significa dejar parte de nuestra alma en la Universidad, en nuestros compañeros, en cada docente y clase en la que estudiamos casi durante un año.


Un Panorama Incierto

Existe la oportunidad de transformar y cambiar miles de vidas en Paraguay y ¡No lo estamos haciendo! Tenemos todo a nuestro alcance para lograr que ninguna persona se quede ciega por causas evitables y tratables ¡y aun así!. En Paraguay viven 25.000 personas ciegas por catarata, ¡25.000 personas ciegas! Con 25.000 personas llenaríamos la mitad del estadio más grande del país, cada una de estas personas están probablemente en sus casas, sin trabajo mercantil, sin acceso a la educación, sin acceso a una salud integral y la ceguera profundiza estas desigualdades, lo más complejo de todo, es que en nuestras manos está la solución,

¡Si tan solo nos colocáramos de acuerdo y trabajáramos en equipo cambiaríamos la vida de estos miles de personas!

Sin mencionar las miles de vidas que cambiaríamos con soluciones que están relativamente cerca de nuestras manos, las miles de niñas y niños que pasan hambre y se acuestan sin comer, los miles de jóvenes que no tienen la oportunidad de aprender en la educación formal, los miles de sueños, anhelos rotos y vidas frustradas.

Podríamos cambiar la vida de estas miles de personas si construyéramos políticas públicas. No sé si somos consciente de ello, pero hoy el cielo se nubla para miles de personas en esta tierra amada porque necesita de más y mejores políticas. ¡Así de simple!

Es posible que muchas personas en este auditorio estén mirándome, pensando y diciendo ¿Cómo? ¿Las políticas públicas son capaces de resolver semejante panorama? Si, ¡sin duda!

Este discurso está especialmente dirigido a los acompañantes de cada persona en este recinto. Es muy probable que en su silla se esté preguntando continuamente ¿Qué es eso de las políticas públicas?

Decidiste acompañar a una persona que estimas, -amas- (eso esperamos todos 🙂 ), a un evento en donde probablemente no tienes ni idea que estudiamos, para qué sirve, porque se estudia, ¿Por qué un ser humano sacrificaría las noches de sus lunes y miércoles por estudiar y soñar en metáforas? (No importa estás aquí -espero- que no te hayan obligado y puedas llevar contigo un lindo mensaje y pueda ofrecer una explicación personal del talante de mis afirmaciones)

Pero volvamos a esa metáfora de la política pública, porque dado los extraños e inciertos tiempos en los que vivimos, en donde las noticias de cada día generan nuevos titulares confusos e inquietantes, he pensado que tal vez sería útil retroceder un instante y tratar de ver las cosas con cierta perspectiva.

Por eso les pido que me disculpen, porque gran parte de este discurso está en recordar por donde he caminado, como he llegado a la isla de tierra, con la esperanza de que esta reflexión nos sirva de guía para saber cuál es el camino a seguir para construir un Paraguay en donde cada persona goce plenamente de sus derechos.

Primera escena -El puente-

Hace muchos años yo tampoco tenía ni idea que eran las políticas públicas, No tenía ni la menor noción de su concepción, ni siquiera una vaga idea. Sería una mentira aceptar que toda mi vida pensé en cómo serían las políticas públicas y que me obsesione. En realidad las políticas públicas me atropellaron en el mejor sentido de la palabra.

Las primeras veces que pensé en el concepto de política pública fue en Colombia y en Haití. Ambas tierras son hermosas y megadiversas y en aquel entonces como ahora son naciones con serios problemas de desarrollo, cada una a su modo.

La primera vez que me topé con la realidad de las políticas públicas fue el centro de Colombia en el departamento de Cundinamarca, una linda tierra llena de montañas, en la cual al norte existe un pequeño municipio llamado Yacopi, en esta ciudad hace muchos años se vieron crímenes de guerra del peor calibre posible.

Recuerdo que en aquel entonces estaba trabajando en un proyecto de educación, tenía la oportunidad de viajar aquel municipio y visitar una escuela dirigida por una comunidad religiosa con el propósito de desarrollar un proyecto que fortalecía las instituciones públicas del municipio.

Esta escuela no era como cualquier otra, era un orfanato en donde sus estudiantes habían perdido a sus familias producto de la guerra que se desencadenó durante aquellos años. En aquel pueblo está un puente, y en aquel puente cuentan que muchas madres y padres fueron asesinados.

Fue la primera vez que se me ocurrió que las políticas públicas son un tejido. Que nosotros los seres humanos somos tejidos. Aquella comunidad estaba rota y la única forma de sanarle era lograr que este tejido social, este tejido de políticas públicas comenzara a reconstruirse nuevamente. Este orfanato era parte de una madeja enorme de un pueblo que renacía de sus cenizas, tejían otra vez este ñanduti para que cada niño en aquel orfanato pudiese crecer y vivir en paz.

Tu bienestar y tu felicidad dependen enteramente que el otro sea feliz y tenga bienestar, esta idea tan espiritual de las políticas públicas es la primera idea que quiero comentar en este discurso. Las políticas públicas son ese tejido que unen a la humanidad que nos permiten salir adelante entre todos, significa darnos cuenta de que como individuos no tenemos la menor relevancia y que si queremos lograr grandes cambios necesitamos del otro.

La política pública es el tejido que permite construir las utopías.
La política pública es garantizar que si el otro es yo también soy.
La política pública es el ágape.

Segunda escena -El Awayu-

Preparando el discurso en su borrador

Mi segundo encuentro con el tejido de las políticas públicas fue en Bolivia.

Al sur de Bolivia está la ciudad blanca, una ciudad colonial en dónde puedes caminar por sus calles en 20 minutos y aun así te va a tomar todo un año conocerle profundamente. En Sucre tuve la oportunidad de trabajar en el instituto boliviano de la ceguera, cada semana se reunían las personas ciegas afiliadas de todo el departamento de Chuquisaca, alrededor de 400 personas en su mayoria personas campesinas mayores de 50 años que dirigían sus reuniones en Quechua.

Un día se me ocurrió preguntar por qué estás personas estaban ciegas ¿Cuáles eran las razones de su ceguera?.

Por más que preguntábamos, no encontrábamos respuesta, ¡nadie sabía aparentemente! Cuando preguntábamos a las personas ciegas, ellas tenían todo tipo de explicaciones desde las más lógicas, desde metafóricas, pero ninguna tenía de un diagnóstico claro hecho en condiciones apropiadas, también los expertos de diferentes organismos tenían respuestas contradictorias entre sí. Preguntábamos continuamente ¿Por qué estas personas están ciegas? ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones?

Tener respuestas equivocadas sobre un fenómeno social de semejante envergadura hace que el tejido de las políticas públicas se convierta en algo enredado que no brinda ninguna respuesta a la persona que lo necesita.

Esta pregunta me llevo al segundo elemento clave de una política pública. Para entender el tejido y modificarlo debo primero comprenderlo, debo primero construir la evidencia que me permita saber cómo puedo construir un mejor Porvenir entre nosotros.

Esta obsesión por la pregunta llevo a un equipo de personas a que pudiéramos dirigir una investigación, la cual nos llevó por más de setenta municipios de todo el país, por sus nueve departamentos, por desiertos, selva, todo tipo de montañas, incluso atravesé en el camino un par de fiebres tifoideas (Sin embargo fui el que menos sacrificio del equipo realizo, mi equipo que logro la proeza es el que se merece todos los aplausos). Hasta que logramos tener la fotografía de la ceguera más completa que existe sobre Bolivia.

Logramos comprender que contenía este monstruo de la ceguera.

Entendimos de inmediato que las causas de ceguera que creíamos eran ¡No lo eran!.

Entendimos por primera vez que la ceguera puede ser un asunto totalmente prevenible y tratable. Muy probablemente estás 400 personas que veía reunirse en Sucre en aquellos años cada semana, más de 200 podrían recobrar la vista con un procedimiento médico relativamente accesible.

El segundo elemento de la política pública es la capacidad de ver este tejido y comprenderlo, en quechua el concepto tejido es away, y el Awayu es un tejido con qué se envuelven las guaguas, es decir con que se envuelven a los niños, es normal ver en las calles de sucre, de la Paz, de Oruro a las Cholitas cargando a sus hijos en este tejido, solo comprendiendo lo que nos sucede podremos envolver la sociedad protegerla y hacerla crecer apropiadamente, un Awayu es protección y calor en desoladas tierras.

Las políticas públicas son el awayu de la sociedad.

La política pública necesita construir evidencia, construir evidencia significa salir de la queja, de la crítica fácil, de las soluciones simplistas y entender que necesitamos tener mejor elementos para poder comprendernos.
La política pública necesita gente con agallas, porque no solamente debería investigar, si no debería arriesgarse a estar equivocado.
La política pública es la capacidad de hacer las preguntas que nadie quiere hacer y obtener las respuestas más descabelladas posibles.
La política pública es la capacidad de ser empático, de salir del molde académico y comenzar a buscar respuestas ahí en la calle con las personas.

Bolivia ha sido para mí la casa que me ha formado en las políticas públicas, suelo decir con frecuencia en mi trabajo que toda mi mente de cooperación internacional es Boliviana.

Tercera escena -Ñanduti-

La tercera escena de las políticas públicas en mi vida es Paraguay, la primera vez que estuve en Paraguay quede en shock, no podía creer lo bello qué es, los árboles, los sonidos, las aves, continuamente miraba por la ventana de los autos sorprendiéndome por todos los colores que veo, de toda la alegría nocturna.

Paraguay es el dormir con el ruido de las hojas azotadas por el viento, Paraguay es poder ir en bicicleta A las 6 de la mañana y escuchar los pájaros cantar. Paraguay también es la tierra de las utopías tal como yo lo veo.

Hace muchos años un grupo de personas se hicieron la misma pregunta sobre las causas de la ceguera y como resolverlo, este grupo de personas salió en un pequeño automóvil buscando a las personas ciegas por catarata y brindándoles una cirugía gratuita, este grupo de personas crean una organización la cual admiraba profundamente en Bolivia. Habían logrado en una década disminuir la ceguera en todo un País. Estaba sorprendido porque quería conocer cuál era el secreto mágico que permitía lograr estos objetivos.

Busqué por todos lados, no sabía si era el edificio, no sabía si era la comida, no sabía si era la tecnología, por más que buscaba no encontraba la fórmula mágica que permitió lograr semejante proeza.

Hasta que de repente me di cuenta de que en Paraguay la tierra de los amigos, tienes el poder de lograr que un grupo de personas se coloquen de acuerdo y logren locuras indecibles. Hace tan solo 100 años o menos las mujeres estaban supeditadas a los hombres. El privilegio y el estatus estaban rígidamente vinculados al color de la piel, el origen étnico y la religión, Incluso en mi propio país, la segregación racial y la discriminación sistemática eran comunes, hace tan solo 100 años una mujer no podía tener patria potestad sobre sus hijos, hace tan solo 100 años la expectativa de vida en Paraguay era casi menos de 50 años de la que tenemos actualmente y sin embargo ya no es así.

La tercera escena de las políticas públicas es que solo trabajando en equipo podemos llevarlas y construir esa realidad, para mi Paraguay significa Arandu, que es la sabiduría que me enseña que solo trabajando en equipo podemos lograr los cambios que nos proponemos.

¿Qué sucedió? ¿Qué paso? Un grupo de héroes anónimos y otros no tan anónimos se tomaron el trabajo de construir ladrillo a ladrillo el escenario social que ahora tenemos. Y es verdad que la democracia puede ser compleja, caótica, enredada, lenta, puede ser frustrante. Les aseguro que lo sé.

Pero en palabras de un maestro la eficiencia que ofrece un autócrata es una falsa promesa.

La presentación.

Fuego Interior

Las políticas públicas son profundamente personales. Son una biografía de nuestros anhelos deseos y compromisos. Cada uno de los que estamos aquí hemos estudiado políticas públicas no tenemos el propósito de coleccionar un título más, ni adquirir un falso estatus.

Un fuego interior en nuestra vida, de nuestra historia nos ha llevado a plantearnos si podemos influir en este tejido social, si podemos ser parte de este Ñanduti y construir un mejor bienestar para las personas que amamos.

Un diseñador de políticas públicas no es un académico más, es una persona que decide desde su vida, desde su experiencia construir una historia diferente. En estos días he reflexionado profundamente en que palabras escribir en este discurso, en que comentar y creo que es justo es escribir en estas letras parte de mi vida, parte de mis aprendizajes, de mis grandes derrotas.

Así, pues, mi mensaje es sencillo: seguir tejiendo, seguir creyendo, seguir avanzando, seguir construyendo, seguir alzando la voz, seguir escribiendo. Cada persona tiene la oportunidad de rehacer el mundo. Es un buen momento para hacerlo y tejer el Paraguay que tanto soñamos.


Consideraciones:

  • Discurso realizado en la Universidad Comunera el 11 de septiembre de 2021. Asunción Paraguay.
  • En palabras de un mejor escritor: Felicidades a todos! Fue una gran jornada y una oportunidad única de vernos en persona. Celebro lo que hemos logrado como comunidad. @Anahi y @Alexander Páez han estado sobradamente a la altura en cada una de sus intervenciones y yo, en particular, me siento representado. «Dios está en todas partes, pero atiende en Asunción» desplaza al «stay hungry stay foolish» por goleada. Y el entramado de Ñanduti del que nos habló Alex debe Ser el tejido que nos sostenga para trascender en este país.

Audio

El audio grabado desde mi teléfono celular, no es muy buena calidad 😦

2 comentarios

  1. Reply

    Me gustó mucho la sencillez de tus ejemplos, pero la profundidad de las reflexiones con las que invitaste a soñar y a tejer ese tejido colorido y hermoso que todos queremos ver en nuestro alrededor! Es la primera vez que leo algo cálido y conmovedor sobre las políticas públicas y tenlo por seguro, no lo hubiera leído, a no ser porque te considero mi amigo! Me sorprendiste, sinceramente deseo que estas palabras, no solo se archiven como un discurso bonito, sino que todos empecemos a tejer a partir de estas reflexiones, a fin de crear una sociedad más alegre, feliz, colorida, esperanzadora, justa, con más empatía, sanando, abrazando y tendiendo la mano a los más necesitados ! Felicitaciones y muchas Gracias por compartirlo Alexander Páez!!!

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